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Caeli Bianchi.
Historia:
25 de Agosto. Día en que nacería una pequeña elfa normal y corriente, como cualquier otro.
O eso se pensaba, porque ciertamente, Caeli no era una elfa normal.
Pequeña era, con unos días de vida aún no tenía siquiera memoria, y tenía la extraña capacodad de usar una magia poderosa, extraña entre los miembros de su familia.
Y esto se demostró un día como cualquier otro, donde la pequeña elfa jugaba con sus padres.
Pero repentinamente. . .
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*¡PAM!*
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Un estruendo se hizo escuchar.
¿Qué había pasado? ¿Por qué de pronto había tanta luz en aquella estancia?
Ah. . . Claro.
Pequeña elfa que no sabía cómo controlar su magia, disparó un rayo de esta que hizo un agujero en el techo de aquella humilde morada.
. . . Vaya. Si no se controlaba esa magia, terminaría por destruir la casa entera.
Por consiguiente, se le habían elaborado a la pequeña unos guantes que servirían como bloqueo a ese poder mágico desbordante.
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Sin embargo, cuando la pequeña Caeli ya tenía más edad, dichos guantes dejaron de ser necesarios, pues incluso siendo una joven elfa de 7 años sabía manejar la magia perfectamente. Y decidió entrenarse en ese ámbito, a pesar de que en algunas veces los tiros de magia se iban en dirección contraria a la que ella apuntaba, y terminaba pidiendo perdón y llorando por los accidentes que cometía.
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10 años y Caeli Bianchi ya tenía mejor manejo de la magia con la que nació, y a pesar de todo, siempre que hacía algo mal volvía a llorar como bebé. Parecía que algunas cosas nunca cambiaban.
Hasta que la elfa llegó a los 11 años.
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Un día normal, donde Caeli entrenaba a las afueras de su casa, en un claro alejado de la misma con tal de evitar cualquier accidente.
"Normal" sería la palabra adecuada para describirlo, de no ser porque así no era como iba aquel día.
Pobre criatura, que tuvo un desafortunado encuentro con un animal carnívoro de gran tamaño, el cual, del susto que le dio a la pequeña Caeli, logró hacer que esta cayera inconsciente.
Pero no por mucho tiempo, pues al cabo de unos minutos, Caeli abrió sus ojos de manera espontánea.
Se levantaría de manera rápida, y con una fuerza extraordinariamente extraña en una pequeña niña de 11 años de complexión física delgada y aparentemente débil, corrió hacia el pobre animal y lo levantó como si de un simple peluche se tratase, para luego lanzarlo a saber dónde.
Así es como se deshacía una niña de 11 años y corta estatura de un pesado animal que era metros más alto que ella.
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Ante un estruendo tal, vendrían corriendo los padres de la niña, creyendo que a la pequeña le había sucedido algo.
Tal cosa hicieron sólo para encontrarse con una elfa que ahora sufría de un Trastorno de Personalidad Múltiple, que les diría las siguientes palabras:
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"¿¡Qué queréis, pedazos de escoria!?"
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La segunda personalidad de una niña asustadiza, servicial y pacífica, era totalmente distinta a la que predominaba la mayoría del tiempo.
Ahora era grosera, agresiva y rebelde, cosa que sorprendería a los padres de la pequeña Caeli.
Esta sería una especie de maldición con la que tendría que cargar durante toda su vida.
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A pesar de este pequeño inconveniente, Caeli logró llegar a los 15 años sin haber tenido dificultades a causa de este pequeño trastorno.
Y sería a esa edad donde se daría el evento más importante de la vida de esta elfa albina.
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Era ella hija única, y por ende, quien debía ser la futura guardiana del Oase des Friedens. Una estancia grande y abovedada, cuya entrada estaba bloqueada por una cascada que caía con una rapidez peligrosa, que al parecer protegía el valioso e invaluable tesoro de la familia de Caeli.
Y ella cumpliría las expectativas de su familia, aunque no fuese la más apropiada para hacerlo, pues su personalidad frágil podría traerle muchos problemas.
A pesar de ello, Caeli era una muchacha determinada, y si ser la guardiana de un sitio tan grande era lo que su familia quería, así lo haría ella.
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Al fin y al cabo, contaba con su segunda personalidad.


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